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Una tarde en el teatro
Hola, Pablo. Estamos encantados de conocerte. Lo mismo digo.
Bueno, cuéntanos cuál fue tu experiencia en el teatro. Pues a ver cómo describirlo... fue impresionante.
¿En serio?Sí, fue como tener el corazón en un puño, ese soplo de aire fresco que necesitamos para que florezca la esperanza en nuestro espíritu aquellos que nadamos contra corriente en un mundo devorado por el Leviathan de la modernidad.
Nunca lo hubiese explicado mejor. Sí, señor. La verdad es que todo el mundo al que he entrevistado me ha dicho que les ha encantado. Y ¡qué decir del dolor del protagonista al perder a su amada entre la modernidad! Aguerridamente humana, desorbitadamente divina, como diría un hombre al que admiro profundamente.
Muchas gracias, Pablo. A vosotros.
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